Mais lidas

sexta-feira, 10 de junho de 2011

Nace el Frente de Estudiantes Libertarios (el FeL) - Argentina

 
La educación ha sido históricamente un espacio de disputa de ideas y proyectos políticos de todo tinte y color. Desde la reforma universitaria de 1918 hasta el proceso de 2010 -que encontró tomados colegios, universidades y terciarios- los y las estudiantes hemos sido parte de la vida política de la región, y más de una vez torcimos el rumbo de los acontecimientos con nuestras decisiones políticas. Supimos acompañar al movimiento obrero, luchando codo a codo con los y las trabajadores en el Cordobazo, y sufrimos juntos –todos y todas- la derrota. Sufrimos la represión y el exilio, y supimos también quedarnos a luchar.

Hoy, luego de años de políticas neoliberales y represivas hacia la organización y la lucha, vemos sin embargo una recomposición de la izquierda y sus herramientas. También el anarquismo, como parte de este proceso, vuelve a levantarse luego de sufrir un duro golpe.

Hoy, entre el arco de ideas que denominan la izquierda, florece el anarquismo como una opción de emancipación de los oprimidos y explotados. Hoy el anarquismo vuelve a pisar fuerte en la arena política y social y vuelve a tener participación en la lucha de clases, por eso los estudiantes nos organizamos en base a sus principios.




¿POR QUÉ NOS UNIMOS LA T.A.E. Y LA F.E.L.?

En los últimos años hemos visto cómo los conflictos en el medio estudiantil van avanzando en materia de organización y van radicalizando sus medidas de lucha. El 2010 nos mostró cómo los y las estudiantes secundarios sostuvimos más de un mes la toma de colegios, con cortes de calles y movilizaciones. Vimos cómo los y las estudiantes universitarios seguimos este ejemplo de lucha y salimos a pelear por la educación pública, llegando a la histórica toma del Ministerio Nacional de Educación -medida que completó el triunfo de la facultad de Sociales. En estos hechos los metodos libertarios tuvieron fuerte influencia, ya que los métodos de organización fueron la asamblea como instancia máxima de decisión, la delegación con mandato de base sujeta a la aprobación del pleno, y la acción directa como arma de confrontación contra el Estado.

El conflicto de 2010 nos encontró con varios años de experiencia luchando por nuestras reivindicaciones como estudiantes, organizados desde distintos espacios libertarios. Compañeros y compañeras de ambas organizaciones nos encontramos luchando codo a codo en el seno del movimiento estudiantil y en otras luchas populares, compartiendo la forma de intervenir y los principios que nos mueven a la acción. Esto nos mostraba que, pese a no pertenecer a una misma organización, estábamos transitando los mismos caminos. Pero hubo un momento donde entendimos que este andar común no era suficiente sino que debíamos avanzar en la construcción de la unidad estratégica de los y las anarquistas.

Entendimos que en las diferentes facultades y secundarios, existía la necesidad de intervenir en los conflictos de manera contundente y coordinada como movimiento. Es por ello que sentimos, tanto la Tendencia Anarquista en Educación como la Federación de Estudiantes Libertarios, el apremio de pasar a tener unidad militante y así ampliar nuestra posibilidad de influencia en el medio estudiantil. Tomando consciencia de la necesidad de la unidad del movimiento anarquista hemos confluido en una sola organización dando origen al Frente de Estudiantes Libertarios.
La confluencia fue resultado de meses de discusión política y programática y hoy nos permite crecer en número, fuerza y perspectiva política. Entendemos que se abre una nueva etapa, ya que la discusión orgánica con más compañeros y compañeras potencia nuestra militancia en cada espacio del medio estudiantil.

Acompañando la unión en materia de organización, hemos dado un salto cualitativo y cuantitativo en nuestros niveles de militancia, llegando a combatir en el nivel universitario, secundario y terciario. ¡El anarquismo se une y lucha!

¿POR QUÉ ANARQUISTAS?
El anarquismo, doctrina o teoría, aparece como reacción de los trabajadores socialistas organizados. Está, en todo caso, ligada a una progresiva agudización de la lucha de clases. Es un producto histórico que se origina de ciertas condiciones en la historia, a raíz del desarrollo de la sociedad de clases – y no a través de la crítica idealista de unos cuantos pensadores específicos.

Cuando decimos que el anarquismo es revolucionario, queremos decir que la organización anarquista está en constante contradicción y confrontación con el sistema actual. La forma que nos damos para organizarnos, así como nuestra finalidad, cuestiona de lleno la estructura vertical que organiza a la sociedad. Todas las instituciones existentes hoy en día (capitalistas y pre-capitalistas) están moldeadas de tal forma que reproducen el verticalismo, el autoritarismo, la dominación y la explotación. Es en este sentido que entendemos que todas ellas deben ser destruidas y reemplazadas por instituciones que representen la máxima libertad e igualdad y no relaciones de opresión y explotación por parte de una clase sobre otra.

Peleamos por una sociedad en donde no haya amos ni esclavos, explotadores y explotados, dirigentes y dirigidos, por lo que debemos desde un principio crearla con nuestras prácticas. Es por eso que pensamos que nuestra forma actual de organización -para la resistencia y la lucha- como la estructuración futura de la sociedad son dos de los puntos esenciales en el que nos diferenciamos del resto de las tendencias revolucionarias: si hoy nos damos una estructura vertical, burocrática, dirigencial, mañana veremos cómo esa organización planteada para hacer la revolución será la que nos explote y nos oprima. Nosotros entendemos que las relaciones que hoy establecemos a la hora de organizarnos tenderán a reproducirse a medida que avancemos en la organización. Por eso optamos por formas organizativas federalistas, sin jerarquías, sin opresión, sin autoridad, en perspectiva de que estas sean las bases de la sociedad futura.

¿POR QUÉ LA EDUCACIÓN?
Consideramos que nuestra principal tarea hoy es reafirmar los lazos de solidaridad entre estudiantes y trabajadores. Éstos han existido en épocas anteriores, pero hoy en día se han roto o son muy débiles. Reconociendo que el estudiantado es -en su composición- policlasista, nuestro discurso y nuestra acción se dirigen hacia una parte de la masa estudiantil: aquellos sectores del estudiantado que estén dispuestos a organizarse codo a codo con la clase trabajadora, así como aquellos, que no son pocos, que ya se encuentran como asalariados activos.

El medio educativo es una institución del capitalismo, subordinado a las necesidades del capital y por ende a la reproducción del sistema. Como plantean los compañeros del UBA Factory “La universidad resulta clave para el desarrollo de las fuerzas productivas y para el mantenimiento de las relaciones de producción. Los estudiantes están llamados a cumplir un rol decisivo en la reproducción del sistema”.

El ámbito educativo es un espacio en disputa, allí están plasmados los intereses empresariales, estatales, y los de quienes pretendemos una educación puesta al servicio del pueblo. La educación no es ni igualadora ni inclusiva, como se pretende hacer creer, sino que reproduce en su seno las diferencias de clase. En este sentido, quienes menos tienen, peor educación reciben –cuando pueden acceder a ella-, y quienes más tienen utilizan la educación para perpetuar y mejorar su condición. A la vez que luchamos por nuestras reivindicaciones, pretendemos que nuestro paso por el medio educativo -y el de quienes opten por acompañarnos en nuestro camino- sea una escuela de militancia hacia el futuro, así como un medio más para poder llevar adelante la revolución social.

También es importante demostrar las contradicciones que se dan en el medio educativo como reflejo de las contradicciones del sistema capitalista, y que estas contradicciones sean brechas por las que se filtren las ideas revolucionarias. Buscamos concretamente la conformación y consolidación de un movimiento estudiantil clasista, combativo, antiautoritario, y revolucionario.

EL RESURGIR DE LA ORGANIZACIÓN DE LA CLASE
La clase trabajadora ha sido víctima de fuertes golpes a manos de la burguesía. Sin embargo, en los últimos años ha revitalizado su intervención en la política y ha resurgido otra vez de la derrota. El anarquismo como Idea y práctica, ha sido parte de este proceso.

Teniendo en cuenta la derrota histórica sufrida en los 70 así como la difusión de ideas posmodernistas que hablan del “fin de la historia” y la “desaparición de la clase obrera”, fue muy difícil hacer resurgir la organización y la lucha en un pueblo temeroso de la represión estatal. Esto fue acompañado por las políticas neoliberales de los 80 y los 90 que diezmaron económicamente a la clase trabajadora y a amplios sectores de la clase media. Sin embargo, la revuelta de 2001 conocida como “Argentinazo” marca un quiebre en el panorama y abre un camino de recomposición de la organización de los trabajadores en el cual los principios y prácticas libertarias (como las únicas que pueden garantizar la participación y el compromiso de todos los y las que luchan) tuvieron gran protagonismo. La acción directa, la organización asamblearia y el antiautoritarismo -valores que yacían en la memoria del pueblo y habían ido creciendo de manera embrionaria en la década del ’90- encontraron terreno propicio para revitalizarse y crecer. Las diferentes expresiones libertarias que, cada vez más, habitan tanto en el medio obrero como en el estudiantil, son parte de una regeneración del movimiento anarquista.
NUESTROS ACUERDOS
Desde el Frente de Estudiantes Libertarios, como expresión del anarquismo organizado, vemos necesario contar con un piso de acuerdos desde el cual partir para desarrollar nuestra militancia. Estos son:

Anticapitalismo
Como anarquistas rechazamos y combatimos el capitalismo como forma de organización social, puesto que se basa en la opresión y la explotación de una clase sobre otra: la explotación de la burguesía sobre el proletariado. Entendemos que la existencia de una clase poseedora y de una clase expropiada no es algo “natural”, sino que es producto del desarrollo de la historia y la lucha de clases. Por esta razón, nos organizamos junto con la clase expropiada contra el orden vigente.

Como anarquistas buscamos construir una sociedad de libres e iguales, lo que implica acabar con la explotación del hombre por el hombre, destruir al sistema capitalista y reconstruir la sociedad sobre nuevas bases. Además de esta visión general del capitalismo, entendemos que para poder luchar contra el sistema debemos tener bien clara la coyuntura en la cual estamos insertos. En la actualidad, la gran mayoría de la población padece las consecuencias de la avanzada neoliberal, basada en la superexplotación de los y las trabajadores y trabajadoras, quienes somos siempre la variable de ajuste (a través de la flexibilización, la tercerización, el avance sobre el salario real, el empeoramiento de las condiciones laborales, etc.), la destrucción del medioambiente por parte de un sistema que necesita mantener las ganancias bajando los costos (llevando a los empresarios a recurrir a todo tipo de tecnologías contaminantes y nocivas) y la destrucción de importantes conquistas del proletariado como la salud, el transporte, la vivienda, y el caso que nos toca más directamente como estudiantes: la educación pública, la cual viene siendo golpeada tanto con las privatizaciones como con el desfinanciamiento de nuestras escuelas, profesorados y facultades. Ambas medidas responden al interés del capital de reestructurar la educación en función de las necesidades de la acumulación de los capitalistas.

Antiestatismo
A la par del Anticapitalismo, levantamos como bandera el Antiestatismo, elemento esencial del movimiento libertario. El Antiestatismo es el resultado de dos principios que son, a la vez, guía y meta, y que fundamentan la acción de los y las anarquistas: la igualdad y la libertad. Esto se debe a que entendemos que todo Estado, como monopolio legítimo de la coerción por parte de una minoría, es la manifestación de relaciones desiguales basadas en la explotación y opresión de una clase propietaria por otra desposeida. Sólo perpetuándolas es que el mismo logra mantenerse y es -por otro lado y por esto mismo- el liquidador de cualquier iniciativa de cambio social. Por eso decimos que todo Estado (sea esclavista, feudal, capitalista o “socialista”) es un Estado de clase con un mismo objetivo: sostener la dominación de una clase sobre otra.

En la brutal avanzada neoliberal del Capital sobre el trabajo, el Estado, lejos de no intervenir, lo hace para garantizar las condiciones de reproducción del capital. Por estas razones no depositamos ni una gota de confianza y declaramos la necesidad de barrer al Estado y construir un nuevo tipo de organización social donde podamos vivir en libertad e igualdad.

Es necesario, sin embargo, tener claro que nuestra crítica al Estado no implica dejar de pelear para obtener reivindicaciones, tanto en el plano sindical o gremial (como la lucha por salario, por presupuesto educativo, o por un boleto estudiantil garantizado por el Estado, etc). No hay contradicción aquí porque tenemos claro que no es desde la lógica estatal que se pueden resolver de fondo estos problemas, sino con la lógica de la lucha, arrancándole al Estado y las clases dominantes, conquistas que mejoran la educación de todos y todas. Son estas victorias parciales, las que permiten a los que luchan tomar conciencia de su rol potencial para cambiar las cosas.

Pero al mismo tiempo que nos declaramos en contra de cualquier Estado actual, también nos declaramos en contra de recurrir a la vía estatal para transformar la sociedad. Esta errada estrategia ha derivado siempre en salidas burocráticas que no han hecho más que perpetuar la explotación y la opresión. Los supuestos Estados “obreros” por más que han aparentado ser experiencias “socialistas”, no han sido más que degeneraciones de verdaderas experiencias revolucionarias, dictaduras de partidos autoritarios que ahogaron la iniciativa de los trabajadores. Consideramos que el Estado es una institución que no puede nunca servir a los objetivos libertarios – independientemente de las intenciones subjetivas de quienes lo ocupen.

Esto no implica, por supuesto, que los explotados no tengan que organizarse (en todos los niveles y con todos los medios) contra el poder de la burguesía para la construcción de un poder obrero hasta terminar con la división de la sociedad en clases. El modo de organización que debemos darnos para enfrentar al Estado, debe contener en germen la sociedad que queremos construir. En palabras del anarquista ucraniano Néstor Makhnó: “La liquidación total y definitiva del Estado sólo puede producirse en la medida en que la lucha de los trabajadores se desarrolle en los parámetros más libertarios posibles, determinando los trabajadores por sí mismos las estructuras de su acción social. Estas estructuras deberán asumir la forma de órganos de autogestión económica y social, al modo de los soviets libres ‘antiautoritarios’”. Por ende, la gestión y control de los trabajadores, los cuales se manejen de forma democrática, debe ser el método adoptado para transformar la sociedad y construir ese mundo nuevo, el cual no se gestará en un instante, sino que será el resultado de un proceso en el cual los trabajadores, a través de sus organizaciones de clase, tomen en sus manos la administración de la vida económica, política y cultural, sin la necesidad de ninguna minoría iluminada y vanguardista que la guíe.

Clasismo
Nos declaramos clasistas porque entendemos que en el capitalismo, la clase obrera es la única clase que puede encarnar en sí misma un programa revolucionario. Esto se debe a diversas razones: su posesión colectiva (y no propiedad), de los medios de producción y distribución, condición que les permitirá expropiar a los capitalistas por ser los trabajadores los únicos que producen todo sin explotar a nadie – creando una sociedad a su imagen y semejanza.

Puesto que entendemos que la clase trabajadora es una clase mundial, al ser el Capitalismo un sistema a escala global, creemos que la lucha contra el capital es internacional, y si bien reconocemos la existencia de potencias imperialistas, rechazamos cualquier política de alianza de clases con la burguesía local, la cual no podrá ni querrá jamás dejar de explotar a los trabajadores. Afirmamos que el antiimperialismo sólo puede ser verdaderamente consecuente dentro del Anticapitalismo.

Entender la centralidad de la clase trabajadora como sujeto primordial de la revolución no quiere decir que no haya otros sujetos que sean explotados y oprimidos, sino que estos cumplen otra función a la reproducción del sistema, pero no pueden, por sí solos/as destruir al capitalismo, sino que deben acompañar al proletariado en su marcha hacia una nueva sociedad.

En el caso de los estudiantes, consideramos que un programa de máxima debe ser la expropiación del sistema educativo de las garras del Capital y los intereses del mercado. Como organización que milita en al ámbito estudiantil, el clasismo es un eje rector de nuestra militancia y por eso apuntamos a construir un movimiento estudiantil que se proponga luchar codo a codo con la clase trabajadora, dando su apoyo concreto en las luchas, tanto afuera como adentro del ámbito educativo.

También es parte de una política clasista en educación combatir el carácter elitista y excluyente del sistema educativo y poner en el centro de nuestras reivindicaciones aquellas que van en el sentido de frenar el avance de la burguesía sobre los contenidos, las políticas educativas y pedagógicas en general, la producción de conocimiento, las ventajas para el acceso y permanencia y la mercantilización de la educación. En este sentido, luchar por las reivindicaciones concretas como el aumento en el presupuesto o el no alargamiento de las carreras es encarar una lucha a favor de los intereses de los trabajadores, puesto que son aquellos quienes buscan acceder en su gran mayoría al sistema educativo público, y quienes más sufren estas medidas antipopulares.

Antiautoritarismo
Levantamos la bandera del antiautoritarismo, puesto que rechazamos cualquier relación social en la cual uno o varios individuos quitan a otros y otras la posibilidad de decidir sobre sus acciones, cualquiera sea el ámbito.

Entendemos que el sistema capitalista fomenta todo tipo de expresiones autoritarias, y por eso, como militantes libertarios buscamos ayudar a que los estudiantes sean conscientes de éstas y puedan erradicarlas.

Por esto mismo es que luchamos contra cualquier actitud opresora como el machismo, el sexismo, el racismo, etcétera. En este sentido, combatimos cualquier expresión de autoritarismo en nuestros espacios de militancia, al igual que nos dotamos al interior de nuestra organización de las herramientas para evitar que surja cualquier expresión de autoritarismo o burocracia.
Anarcofeminismo
En la sociedad capitalista la enorme mayoría de las mujeres están sometidas a una doble opresión: en tanto trabajadora, sometida por el patrón, y en tanto mujer, sometida al yugo patriarcal.

El patriarcado es un sistema que se basa en la dominación del hombre por sobre las mujeres y sobre las diversas minorias sexuales.

En la actualidad es un pilar fundamental para la reproducción del capitalismo, entre otras cosas por generar relaciones de violencia (y por ende división) al interior de la clase trabajadora, por cosificar el cuerpo de la mujer y garantizar la prostitución (negocio que genera enormes ganancias para la burguesía), etc.

El anarco-feminismo que nosotros militamos se basa en la búsqueda de la independencia y la libertad en igualdad de condiciones tanto para hombres como para mujeres. Una organización y vida social donde nadie sea entendido como superior o inferior a nadie, donde todos y todas seamos iguales en todos los planos de la vida social, incluso los privados. Buscamos la destrucción de la opresión patriarcal en cualquiera de sus manifestaciones.

Por ende nos reivindicamos feministas, entroncando así con una larga tradición de lucha que se remonta de larga data pero al mismo tiempo levantamos el feminismo clasista: el anarcofeminismo. Si bien es cierto que la opresión patriarcal excede la dominación de clase, es igual de cierto que aquella está íntimamente ligada a la reproducción del sistema capitalista, el cual sólo puede ser barrido por el sujeto revolucionario por excelencia: el proletariado.

Acción directa y democracia directa
Como anarquistas, reivindicamos y buscamos la utilización de la acción directa, entendiendo ésta como la acción llevada adelante por los propios interesados y decidida en asamblea por todos. Es por esto que en nuestros espacios de militancia buscamos que los estudiantes decidan democráticamente y ejecuten la acción directa ya sea con tomas, cortes de calle, clases públicas, etc., sin delegar el poder de decisión y acción. Para nosotros y nosotras, los y las anarquistas organizados, la acción directa no se basa en la acción de una minoría que hace lo que quiere sin importarle lo que decida la mayoría, ni tampoco es una acción violenta sin sentido que se reproduce en el estereotipo del anarquista ”violento”. La acción directa como la entendemos se basa en romper con la lógica puramente delegativa e institucional en la cual los estudiantes terminamos dejando todo en manos de nuestros representantes quienes “resuelven” nuestros problemas por las vías legales. Por el contrario, las experiencias de la lucha estudiantil han demostrado que el único camino con el cual se avanza y se gana es con la acción directa decidida y puesta en práctica entre todos.

De la acción directa se desprende la necesidad de otro método que consideramos vital para la organización anti-autoritaria: la democracia directa entendida como la toma de decisiones de conjunto, a través de la posibilidad de expresar cada una de las voluntades de forma individual en cada una de las instancias de toma de decisión, sea esta una asamblea, una comisión abierta, etc.

Sabemos que tanto la acción como la democracia directa, entendidas como la discusión y puesta en práctica de propuestas y decisiones sin ningún tipo de intermediario, son principios consecuentes con una organización de tipo horizontal y no jerárquica que entendemos debería tomar el conjunto del movimiento estudiantil. Ambos métodos presentados son complementarios e inseparables para una organización que cuestione y no reproduzca las relaciones sociales establecidas por el sistema capitalista. De esta manera es posible decidir y ejecutar las acciones que responden a los intereses del movimiento sin desviarse a intereses ajenos a él.

Federalismo
Como anarquistas, levantamos el federalismo como herramienta esencial tanto para la construcción de todas las organizaciones de lucha (estudiantiles, sindicales, etc.), así como también para la sociedad futura que buscamos construir.

El federalismo se basa en la integración de lo múltiple, oponiéndose a la idea de la centralización como forma organizativa. Así, buscamos la participación de todos en espacios federalistas basados en la horizontalidad (ya que todos somos iguales a la hora de discutir, decidir y actuar), la democracia directa (con la asamblea como instancia donde todos discutimos y decidimos en conjunto), y la auto-disciplina (ya que todos participan por voluntad propia y sin que los obliguen, y por lo tanto han de asumir las responsabilidades que esto implica).

El sistema federativo permite que todos los integrantes de la organización tengan igual capacidad de participación y decisión. Éste se basa en la democracia directa, donde los mandatos de base son comunicados o ejecutados por los delegados designados para ello. Los delegados tienen la obligación de comunicar sólo lo que las bases hayan decidido; de lo contrario, la asamblea puede revocarlos. Además, estos delegados deben ser rotativos para fomentar la participación y formación entre compañeros, al mismo tiempo que evitar la burocratización. El federalismo es una herramienta coherente con la búsqueda de la democracia, al mismo tiempo que una forma eficaz para evitar la división entre una minoría dirigente y una mayoría que acate decisiones, siendo de la asamblea de base de donde salgan las líneas políticas para el conjunto y no a la inversa.

Necesidad de la Organización
Desde el Frente de Estudiantes Libertarios afirmamos con fuerza la necesidad de estar organizados, para poder potenciar nuestra militancia y lograr conseguir nuestros objetivos. En palabras de un clásico del anarquismo organizado, el italiano Errico Malatesta: “La organización, que por lo demás es sólo la práctica de la cooperación y de la solidaridad es condición natural y necesaria para la vida social: constituye un hecho ineluctable que se impone a todos, tanto en la sociedad humana en general como en cualquier grupo de personas que tenga un fin común que alcanzar”. Contrario al estereotipo del anarquismo como movimiento individualista y desorganizado, consideramos esencial estar organizados en tanto anarquistas para poder llevar nuestros principios a los espacios donde militamos. Sólo así podremos darle al conjunto del movimiento estudiantil el carácter más democrático, clasista y combativo.
No sólo creemos que puede haber organización sin autoridad, sino que afirmamos que la desorganización es lo que crea la autoridad, primando los intereses particulares por sobre los intereses generales, la iniciativa, y la creatividad revolucionaria.
Sabemos bien que al no estar organizadas se limitan nuestras posibilidades de poder alcanzar nuestros propósitos, tanto en corto como largo plazo. La organización revolucionaria que buscamos construir debe tender a los principios de la igualdad de deberes y derechos, de cada uno según su capacidad y a cada uno según su necesidad. Como anarquistas, nos resulta imprescindible estar organizados para luchar contra el Estado y el Capital: a su organización autoritaria y opresora, oponemos nuestra organización libertaria, clasista y revolucionaria.

¡Por la revolución social!

Estos acuerdos son la base que nos permite posicionarnos frente a los problemas tanto del sistema educativo como de la sociedad en general. En base a estos, definimos nuestra estrategia general y delineamos las tácticas particulares a aplicar en los distintos espacios en los que estamos insertos.

A partir de dichos acuerdos queremos continuar y profundizar nuestro aporte a la lucha de clases: en tanto que estudiantes anarquistas buscamos construir un movimiento estudiantil clasista y combativo, que retome los métodos históricos de lucha como son la asamblea y la acción directa. Un movimiento estudiantil que se reconozca como tal y entienda que la causa de todos sus males es el sistema social imperante, basado en la explotación y opresión de la gran mayoría de la población por parte de la burguesía. Un movimiento estudiantil que, entendiendo la necesidad de romper con el Capitalismo empalme su lucha junto a los trabajadores y trabajadoras.

En los últimos años este movimiento ha comenzado a resurgir de las cenizas de la represión y el individualismo, y nosotros como militantes revolucionarios hemos sido parte activa del mismo. La creación del Frente de Estudiantes Libertarios nos permitirá seguir construyendo el socialismo y la libertad.



Nenhum comentário:

Postar um comentário